Separación marital terminó en tragedia
Asesinó a su ex y luego se suicidó
Asesinó a su ex y luego se suicidó
SUCESO | 27 DE NOV .2020
  Cristina D. Colmenares  
Diario La Antena

Guárico. SAN JUAN DE LOS MORROS. He leído de colegas periodistas la frase: “existen noticias que no queremos dar”, pues en esta oportunidad encarno dicha expresión, vivo el duelo y convivo con la búsqueda de la explicación que todos queremos conocer, ¿Por qué Carolina? ¿Por qué Wence? Me atrevo a escribir en primera persona por los 12 años que tengo dentro de esta familia Antena, refiero a ustedes estimados lectores esta introducción porque lo que aquí leerán no será una posición sesgada, sino el relato de acontecimientos que antecedieron este trágico final.

Carolina y Wence se fueron de este mundo el martes 24 de noviembre, la decisión estaría tomada o no, eso jamás lo podremos determinar, lo que sí sabemos es que “el Chamo”, como cariñosamente lo conocíamos, luego de una acalorada discusión con Caro, esgrimió su arma de fuego calibre 380, dentro de un establecimiento comercial, y le asestó un certero disparo en la cabeza que acabó con la vida de la mamá de cuatro de sus hijos.

Posteriormente, Wence se dirigió a la residencia de su madre, donde le entregó el carro que cargaba y le dijo, palabras más o palabras menos “acabo de matar a Carolina”, se montó en su moto y se dirigió a su residencia ubicada en el sector Puerto Rico, en donde dentro de su habitación puso fin a su vida con un tiro en la sien, no sin antes despedirse enviando diversos mensajes de texto y voz, esos mismos que ustedes ya han escuchado gracias a las bondades virales de las redes sociales.

Este trágico desenlace llevaba al menos unos siete meses de tormento, intranquilidad, insomnio, depresión y aptitudes suicidas diagnosticadas por un médico psiquiatra, quien determinó que Wence padecía depresión mayor con síntomas  psicóticos, debido al proceso de duelo por la separación de su concubina Carolina.

El pasado 5 de abril del año en curso, luego de sostener un altercado en donde las agresiones fueron verbales y físicas, Carolina decidió poner fin a la relación de al menos 18 años, en la cual procrearon cuatro hijos con edades de 14, 8, 7 y un año, tres hermosas niñas y un niño, abandonando la residencia de ambos con sus hijos, no sin antes interponer la denuncia ante Poliguárico y el Ministerio Público.

De este episodio, en donde el detonante fueron los celos por una serie de mensajes encontrados por Wence en el teléfono de su esposa, se desencadenaron una serie de citaciones y la respectiva presentación ante las autoridades, la relación estaba deteriorada, no había vuelta atrás, sin embargo con el transcurrir de los días entre ambos hubo acercamientos y una relativa normalidad familiar, evidenciada en las redes sociales, sí en esas mismas fotos que todos han visto.

Más allá de lo visible, lo que todos consumimos a través de publicaciones en estados y muros de WhatsApp, Instragram o Facebook, vienen siendo realidades distintas a lo que realmente ocurre, bien lo dice el viejo y popular refrán “nadie sabe de las goteras en casa ajena”, la relación de dependencia emocional en esta oportunidad provocó el seguimiento por parte de Wence, pues luego de parecer una familia relativamente tranquila, cada quien regresaba a lugares distintos, al parecer Carolina no terminaba de tomar la decisión de volver a casa.

Sin ánimos de señalar el comportamiento de ninguno de los involucrados, pues yacen inertes tres metros bajo tierra, sin oportunidad de ofrecer explicación alguna, existen comportamientos que son intolerables dentro de la norma jurídica venezolana, las agresiones contra la mujer están duramente penadas y el sistema de administración de la justicia es inclemente, todo enmarcado dentro de la Ley Orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.

Nunca sabremos del todo qué pasó por la mente de Carolina, pero el pasado 2 de noviembre en la audiencia de presentación por el caso de la agresión en su contra por parte de Wence, declaró delante de las autoridades judiciales que “no había pasado nada”, de manera que retiró la denuncia y el caso fue desestimado, pasando así al pesado archivo de miles de casos similares, esto lo conocemos a diario como periodistas, como vecinos y como miembros de la sociedad.

Desde entonces, pocos días pasaron para el trágico final de esta pareja, a quienes conocí cuando solo tenían una hija, sus últimos tres pequeños los vi nacer prácticamente. Carolina gozaba del cariño de quienes la conocimos y convivimos con ella, en el día a día empresarial, reuniones y celebraciones, los que fuimos cercanos a ella sabemos de las batallas que le tocó encarar con la enfermedad de una de sus hijas a pocos días de nacida, para mí fue ejemplo de lucha como madre y como profesional.

Este suceso que ha consternado a toda la colectividad, incluyendo a todos los integrantes de la gran familia Antena a la cual ellos pertenecieron durante muchos años, deja en nosotros un precedente, quizás una reflexión a todos como sociedad, que debemos ver más allá de lo evidente y notar las señales cuando algo no está bien, en nuestros amigos y familiares, dejar a un lado el dicho de “entre problemas de pareja el tercero sobra”, intervenir a tiempo puede significar salvar vidas; y evitar el inmenso dolor que hoy dos muy queridas familias padecen.