Jay-Z, ícono del hip-hop, negó rotundamente las acusaciones de una mujer que lo vincula con una agresión sexual junto con Sean ‘Diddy’ Combs en el año 2000.
Su abogado, Alex Spiro, calificó las alegaciones como «una fantasía» durante una reunión privada con periodistas en las oficinas de Roc Nation en Nueva York.
«Esperamos que el caso sea desestimado. Si no, demostraremos que todo esto se derrumba», afirmó Spiro con firmeza.
Según reseñó Efe, la defensa del esposo de Beyoncé presentó una cronología detallada de las acusaciones mediante una presentación de PowerPoint con la que el abogado buscó desmantelar la base de la demanda. «Ninguno de los detalles es correcto porque esto nunca ocurrió», sentenció, subrayando la inconsistencia inherente a un relato falso. «Cuando algo no es real, los detalles fallan porque simplemente no estuviste allí».
La acusante, identificada como Jane Doe, alega que Jay-Z la violó en una fiesta posterior a los MTV Video Music Awards del 2000. Ella tenía solo 13 años.
Si bien la demanda inicial, presentada en octubre, solo señalaba a Combs (también conocido como Puff Daddy), la repentina inclusión de Jay-Z generó una rápida y pública negación por parte del artista.
La estrategia de la defensa se vio reforzada por la propia demandante, quien admitió inconsistencias en su versión original durante una entrevista con NBC News. «He cometido algunos errores» al recordar los hechos de esa noche, reconoció. Sin embargo, persiste en su acusación de violación. Alega que tanto Carter como Combs la llevaron en limusina, la drogaron y la agredieron en una casa.
La demanda describe una escena en la que la menor fue llevada a una residencia donde se consumían drogas. También se le obligó a firmar un acuerdo de confidencialidad sin entregarle una copia. Según su relato, después de sentirse indispuesta tras beber una bebida adulterada, se retiró a una habitación, donde presuntamente fue agredida por ambos artistas mientras una tercera persona observaba.
Este nuevo giro en el caso de Combs, quien ya enfrenta múltiples acusaciones de abuso y coacción en Nueva York, añade un elemento explosivo. Combs, de 55 años, se ha declarado inocente de más de cien denuncias que lo acusan de silenciar a sus víctimas mediante chantaje, violencia e incluso actos como secuestro e incendios provocados.
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